
Consiste el invento en una mesa o pizarra transparente, donde el niño ve el grafismo a copiar, y la maestra por el lado contrario al suyo lo repasa con un bolígrafo luminoso dotado de un haz rojo. De este modo, el niño no tiene más que seguir dicho punto rojo y reproducir sobre el papel el movimiento que provoca el trazado: http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/20100531/luz-que-ensena-escribir/285295.shtml
Es un sistema sencillo pero ingenioso, y que provoca que el movimiento de la escritura se vaya interiorizando.
Lo que denota este método es la importancia de que el niño visualice claramente el recorrido que tiene que llevar el trazo, así como dónde debe parar.
En mi experiencia como grafoterapeuta he ido viendo que es muy importante que la persona vea y perciba el movimiento que tiene que realizarse a la hora de escribir. Es decir, no es lo mismo el hecho de que se le ponga al niño una cartilla caligráfica para que reproduzca un ejercicio o una palabra, a que vea en otra persona cómo se hace.
Como ya indicábamos en un anterior artículo, la letra sobre el papel, a ojos del niño, es algo sin vida, algo inerte, del cual no sabe nada, salvo que existe por la única razón de que lo ve plasmado en un soporte. Pero desconoce cómo se hizo, cómo se empezó y finalizó, el ritmo que contiene, su velocidad, etc. Todos estos elementos gráficos hay que enseñárselos, por que él mismo también tiene que darle la vida al grafismo para que pueda existir.
Por este motivo nos parece interesante este método, por que el niño capta y graba así el movimiento que conlleva cualquier palabra, y de este modo, va a ser capaz luego de reproducirlo.

En nuestro centro, nos encontramos frecuentemente con casos de padres desesperados que durante las vacaciones se han dedicado a proporcionarle al niño multitud de cartillas escolares de caligrafía para que ejercitara durante el periodo estival, creyendo así que la problemática que arrastra en su escritura iba a desaparecer. Resultado: el pobre niño se ha dedicado a escribir todo el verano como loco sin mejorías en su escritura, con lo cual su frustración encima aumenta.
En nuestro trabajo debemos tenerlo muy claro. El grafoterapeuta debe saber reproducir exactamente el gesto gráfico tal y como quiere que la persona lo haga, para que ésta pueda comprenderlo mejor y grabar así dicha imagen visual, que luego tendrá que reproducir a su vez.
1 comentario:
Me parece muy acertado y lo voy y tener en cuenta, creo que es algo que puede ayudar mucho a
un niño para escribir y afianzar su autoestima.
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