lunes, 1 de junio de 2015

Taller sobre la firma para niños

El pasado viernes y sábado 29 y 30 de mayo, realicé un taller sobre la firma con niños entre los 9 y 11 años, en un Gaztegune de Bilbao (centros con actividades lúdicas y culturales para jóvenes y niños, que dependen del Ayuntamiento).

Me habían propuesto esta actividad hace meses, y la verdad es que no tenía nada claro cómo podía entretener a chavales de estas edades hablándoles de la firma, y que no acabaran bostezando. Pero me lo tomé como un reto, por que aunque sí había hecho este tipo de talleres con jóvenes de más edad, nunca con tan pequeños.

Así que, manos a la obra, me puse a pensar sobre lo que les podía decir y cómo hacerlo. Lo que sí tenía claro es que debía de servir para inculcarles cosas importantes de cara a su futuro, para que supieran que su firma el día de mañana les iba a ser solicitada para todo tipo de documentos, muchos además de gran trascendencia en su vida.

Por ello, por medio de imágenes curiosas e impactantes, con firmas de personas conocidas, poniendo firmas simbólicas, otras extravagantes y complicadas, y también alguna que otra "normalita", les fui introduciendo en un mundo que ellos ya conocían por su propia experiencia, cuando tuvieron que ponerla, por ejemplo, en el DNI.

El objetivo principal que me propuse para el taller fue que se llevaran varias ideas importantes:

1) Que la firma es algo que nadie nos enseña a hacer, y que por tanto, nosotras la creamos a partir de nuestra imaginación y de modelos que observamos alrededor (personas que nos causan admiración: familiares, artistas, etc.). Es un acto absolutamente libre. Una niña me comentó que para su segunda firma se había inspirado en un cantante famoso, y que la actual se basaba en la de un escritor en euskera que le había dedicado uno de sus libros.

2) Que es algo que va cambiando a lo largo de la vida, sobre todo en las edades tempranas, como muchos de ellos ya habían comprobado cuando decían que andaban por su tercero o cuarto diseño de firma.

3) Que nuestra firma puesta en un papel implica que estamos de acuerdo con lo que allí se recoge, y que por tanto, es muy importante tener cuidado con lo que firmamos sin antes leerlo. Curiosamente, un niño me habló de la letra tan pequeña que aparece en algunos documentos...

4) Que por todo ello, nuestra firma nos identifica. Allí donde la pongamos, nos estamos poniendo también nosotros. Es nuestro sello personal.

5) Que nuestra firma es algo único, e irrepetible por nadie que no seamos nosotros. El tema de las falsificaciones les produjo mucho interés, y alguno acabó reconociendo que en una ocasión había imitado la firma de su padre para librarse de alguna tarea del cole... Resultó muy divertido cuando entre los ejercicios que les propuse estaba el de que se intercambiasen las hojas con sus firmas, para que el compañero tratara de imitarla. Ahí se dieron cuenta de la dificultad que esto atañe, y que no es tan fácil realizar una firma que no es la nuestra, como pensaban algunos de ellos.

El taller resultó una experiencia francamente bonita. Incluso en el del segundo día llegaron a aplaudirme al final, lo cual es el mejor reconocimiento que uno puede tener, por que los niños por suerte, no necesitan disimular para quedar bien como hacemos los adultos. Alguno, incluso, me pidió ver cómo firmaba yo -lógicamente, tenía curiosidad tras verme hablar de todo ello-, y después el resto me fueron pidiendo también mi firma como si fuera un autógrafo, ya que estaban seguros que debía ser una persona famosa... ¡Ay, bendita inocencia!

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