Hace dos semanas tuvimos un pequeño revuelo en nuestro mundo grafológico, gracias a las declaraciones realizadas por un personaje en el diario “El Mundo”.
Este elemento, llamado Javier Armentia, astrofísico de profesión y muy aburrido en su tiempo libre, lleva muchos años junto con otros de su especie, saliendo en televisiones y otros medios de comunicación, criticando y descalificando a todo aquello con lo que no comulgan, y que tachan de superchería y de pseudociencias.
Por supuesto, en este batiburrillo meten a la grafología. Pero vamos, tratan por igual tanto a la homeopatía como al psicoanálisis, por poner dos ejemplos bastante antagónicos.
Esta vez, al Sr. Armentia le ha dado por meterse expresamente con la grafología en un artículo lleno de despropósitos, manipulaciones y subjetividades, con una clara intención de provocar a nuestro colectivo. Y lógicamente, ha conseguido lo que quería.
Este elemento, llamado Javier Armentia, astrofísico de profesión y muy aburrido en su tiempo libre, lleva muchos años junto con otros de su especie, saliendo en televisiones y otros medios de comunicación, criticando y descalificando a todo aquello con lo que no comulgan, y que tachan de superchería y de pseudociencias.
Por supuesto, en este batiburrillo meten a la grafología. Pero vamos, tratan por igual tanto a la homeopatía como al psicoanálisis, por poner dos ejemplos bastante antagónicos.
Esta vez, al Sr. Armentia le ha dado por meterse expresamente con la grafología en un artículo lleno de despropósitos, manipulaciones y subjetividades, con una clara intención de provocar a nuestro colectivo. Y lógicamente, ha conseguido lo que quería.
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/05/20/ecologia/1211273111.html
La verdad es que la verborrea de este señor no es nueva, y no se entiende que se hayan levantado tantas voces de repente en su contra, escandalizadas por sus declaraciones. Simplemente, el Sr. Armentia está haciendo lo mejor que sabe hacer: provocar.
Vamos por partes. Este sujeto tiene particular predilección en su artículo por equiparar a la grafología con la astrología, y por supuesto, como todo lo que hace, de forma intencionada y torticera, a sabiendas que provocaría, como así ha sido, semejante revuelo.
El caso es que la astrología tiene mucho más que ver probablemente con su segunda ocupación profesional, la de astrofísico, (recordemos que la primera es la de mamporrero de la palabra), que con la grafología, por que puestos a mirar las estrellas, seguro que él las mira bastante más que los grafólogos, que únicamente nos dedicamos a mirar letras (algo más profano y menos romántico, por otra parte.
Seguro que si el Sr. Armentia lee esto, se echará las manos a la cabeza diciendo que soy un perfecto ignorante por comparar a toda una ciencia como la suya con una mancia como la astrología.
Me perdonará el Sr. Armentia por mi atrevimiento, pero es que también me gusta provocar como hace él, y de igual manera y de forma intencionada, simplifico ambas disciplinas para llegar al convencimiento de que las dos miran a las estrellas, y por tanto, tienen un punto de encuentro que nos puede hacer sospechar...
Lo de este personaje subversivo no es algo que me espante a estas alturas. Lo que sí me ha asombrado es la actitud de algunos compañeros de profesión que se han irritado enormemente por las semejanzas que ha hecho el Sr. Armentia, descalificando a la grafología y poniéndola a la altura de lo irracional, de la adivinación y de las ciencias ocultas.
En realidad es lo mismo que ellos hicieron en su momento en un famoso manifiesto, guardado ya en el cajón de las majaderías, despotricando contra la Grafología Racional y sus aplicaciones, tachándola precisamente de esto mismo que ahora reprochan al Sr. Armentia.
Tan intencionada e interesada es la crítica de este señor hacia la grafología, como la que hicieron aquellos otros contra la Grafología Racional.
La ignorancia es la misma en ambos casos; la mala intención y la manipulación descarada, también.
Lo que ha pasado ahora es que simplemente han recibido de la misma medicina. Quid pro quo...
La verdad es que la verborrea de este señor no es nueva, y no se entiende que se hayan levantado tantas voces de repente en su contra, escandalizadas por sus declaraciones. Simplemente, el Sr. Armentia está haciendo lo mejor que sabe hacer: provocar.
Vamos por partes. Este sujeto tiene particular predilección en su artículo por equiparar a la grafología con la astrología, y por supuesto, como todo lo que hace, de forma intencionada y torticera, a sabiendas que provocaría, como así ha sido, semejante revuelo.
El caso es que la astrología tiene mucho más que ver probablemente con su segunda ocupación profesional, la de astrofísico, (recordemos que la primera es la de mamporrero de la palabra), que con la grafología, por que puestos a mirar las estrellas, seguro que él las mira bastante más que los grafólogos, que únicamente nos dedicamos a mirar letras (algo más profano y menos romántico, por otra parte.
Seguro que si el Sr. Armentia lee esto, se echará las manos a la cabeza diciendo que soy un perfecto ignorante por comparar a toda una ciencia como la suya con una mancia como la astrología.
Me perdonará el Sr. Armentia por mi atrevimiento, pero es que también me gusta provocar como hace él, y de igual manera y de forma intencionada, simplifico ambas disciplinas para llegar al convencimiento de que las dos miran a las estrellas, y por tanto, tienen un punto de encuentro que nos puede hacer sospechar...
Lo de este personaje subversivo no es algo que me espante a estas alturas. Lo que sí me ha asombrado es la actitud de algunos compañeros de profesión que se han irritado enormemente por las semejanzas que ha hecho el Sr. Armentia, descalificando a la grafología y poniéndola a la altura de lo irracional, de la adivinación y de las ciencias ocultas.
En realidad es lo mismo que ellos hicieron en su momento en un famoso manifiesto, guardado ya en el cajón de las majaderías, despotricando contra la Grafología Racional y sus aplicaciones, tachándola precisamente de esto mismo que ahora reprochan al Sr. Armentia.
Tan intencionada e interesada es la crítica de este señor hacia la grafología, como la que hicieron aquellos otros contra la Grafología Racional.
La ignorancia es la misma en ambos casos; la mala intención y la manipulación descarada, también.
Lo que ha pasado ahora es que simplemente han recibido de la misma medicina. Quid pro quo...
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